miércoles, 21 de diciembre de 2011

Tardes en Aquitania


Con impaciencia aguardaba a que fuera miércoles. Ávido como estaba de conocer a los clásicos, cada semana me dejaba embriagar, dispuesto a que me impartieran lecciones en sesión doble. ¡Y al módico precio de 300 pesetas! Iba a ir a la esencia, apartado de modas que dictan lo que hay que pensar.
Adquirí nuevos conocimientos y nuevas sensaciones.
Fascinado, supe que la sensualidad era quitarse un guante; asombrado, averigüé la terrible historia que se escondía detrás de "Rosebud"; cogidos de la mano, acompañé a Norma Desmond en su largo y sinuoso camino hacia el olvido; fui consciente de los graves peligros para la salud que conlleva una partida de ajedrez contra la Dama Negra, la que nunca pierde; temeroso, descendí al corazón de las tinieblas y el coronel Kurtz me enseñó las miserias de la condición humana; y como buen marxista, soñé con la posibilidad de la existencia de un país de gansos, loco y divertido, pero a la vez justo.
Con la llegada arrogante del euro, deserté. Y la Filmoteca pasó de ser una necesidad a convertirse en un recuerdo. Ahora ha cambiado de ambientes, la han acicalado con un vestido más bonito y moderno.
Yo me quedo con sus viejos harapos y con mis recuerdos.

sábado, 10 de diciembre de 2011

¡Qué noche la de aquel día!


Opté por dejar pasar los días y confiar en que el otoño hiciera bien su trabajo y proporcionara una sólida capa de hojas que fueran amortiguando, ablandando el tremendo impacto, y que las emociones incandescentes de aquel subidón comenzaran a enfriarse.
Pero ha pasado ya un mes y mis sentidos continúan aturdidos, en plena combustión. El tiempo no lo mitiga todo.
Aquella noche lluviosa de noviembre tuve una revelación: extasiado por el sonido más perfecto jamás soñado entendí la necesidad del arte como vehículo de expresión para hacer más estimulante la vida. Una experiencia como aquella hace más soportable la congoja de pensar el futuro.
Wilco es la abreviación de "Will Comply", es decir, "cumpliré" y es un término que se utiliza en las comunicaciones aeronáuticas: una de las locuciones especiales y frecuentes es Roger Wilco (Mensaje Recibido. Lo Cumpliré).
Aquella noche lluviosa seis músicos en estado de gracia enviaron su mensaje y nos enseñaron las infinitas posibilidades que conlleva tener inquietudes y a no tener miedo de dejarse llevar por ellas para ver lo que hay más allá. Porque la recompensa, quién sabe, igual merece la pena. Depende de cada uno saber recibir el mensaje y cumplirlo.
¡Qué noche la de aquel día!, una frase que evoca tiempos remotos, una época que no maltrataba a los soñadores. Una frase que se convertirá en pensamiento y cobrará vida dentro de unos años cuando recuerde la música de aquella noche lluviosa de noviembre.

lunes, 5 de diciembre de 2011

Una navidad intrusa


Nada más cruzar el umbral de la puerta y entrar en el recibidor ya percibieron que el ambiente en la casa estaba enrarecido. Se notaba una presencia que no comprendían a discernir y que contribuía a que no se pudiera respirar el aire acostumbrado. Desconocían el motivo pero el espacio ya no les pareció el mismo. Con esa inquietud se acostaron, tardando una eternidad en poder conciliar el sueño.
A la mañana siguiente el misterio quedó despejado: el eje comercial del barrio, con el beneplácito del ayuntamiento, y sin previo aviso, decidió iluminar sus vidas haciendo que el espíritu navideño entrara en su hogar por una de las ventanas de su habitación agarrándose fuerte a la barandilla. No importaba si quedaba violada su intimidad, ni el uso indebido de su propiedad privada, ni la adjudicación de una responsabilidad no deseada. Con razón olía a podrido la pasada noche.
Pues ahí los tienen de nuevo, dirigiéndose indignados y con un poso de tristeza hacia la madeja de burocracia y pérdida de tiempo que supone enredarse en los entresijos de la administración. Como buenos defensores de las causas perdidas, Blackbird y el Dr. Robert eran conscientes de lo que les esperaba: excusas, evasivas, incredulidad del funcionario de turno ante el hecho de que un ciudadano defienda sus derechos.
Después de muchos dimes y diretes, tiras y aflojas infructuosos, Blackbird y el Dr. Robert constataron que un posible y repentino ataque de locura resultaba mucho más eficaz para que la gente se dignase a cooperar en un problema de facilísima solución: que quitasen el jodido cable de una vez de su ventana.
A ellos, la Navidad ni fu ni fa. Para ser sinceros siempre mostraron su simpatía hacia aquel entrañable personaje dickensiano que detestaba las navidades. No comprendían como, en estas fechas, "adultos" en toda regla sucumbían y se dejaban dominar ante las directrices y modas de un gran centro comercial, participando así activamente en la manipulación de los sentimientos e ilusiones de unos niños inocentes.
¿Bondad? ¿Armonía? ¿Espíritu navideño? ¡Paparruchas!, que decía Ebenezer Scrooge.

¡Ah!, al final no hizo falta perder los estribos, ese mismo día el cable desapareció y Blackbird y el Dr. Robert pudieron volver a disfrutar de su ambiente y luz natural.

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Línea 1


Pensé que no me vendría mal recuperar ciertos hábitos extraviados en el tiempo, y volví a sumergirme en las profundidades de la ciudad. Quizás allá abajo me olvidara por un instante de lo que acontecía arriba.
El paisaje subterráneo es inmóvil, no le afectan las estaciones y sus estados de ánimo. Por eso, cuando caen bombas, constituye un buen refugio.
Buscaba la comprensión de personas anónimas, esa extraña complicidad que se suele establecer entre desconocidos que comparten horarios intempestivos. Un trayecto corto era idóneo para captar si existía receptividad.
El penúltimo vagón siempre me pareció el más discreto, el que mejor se adaptaba a mi personalidad. Escoger el asiento adecuado no es tarea fácil, pero a esas horas no tengo problemas de agenciarme uno de las esquinas, con que tenga compañía únicamente a uno de los lados ya es suficiente.
Suena una voz dulce y sensual, desubicada, que anuncia la siguiente estación. Me imagino sus posibilidades, lo que esconde detrás: morena, melena que cae hasta los hombros, ojos verdes, pómulos marcados, labios finos, pechos más bien pequeños, culo firme y respìngón; de estatura media-alta, delgada y rondando los treinta. A esa voz le hubiera sentado mejor el francés.
Apenas cinco minutos y cuatro paradas después e igual de solo que como entré, ya estoy en otra ciudad.
De vuelta al mundo, las resignadas calles lucen su maquillaje prematuro, como ya es tradición, lo que me alerta de que los días venideros van a ser tan exigentes como la empinada cuesta que me desafía delante de mis ojos y que me tendrá que llevar a mi destino, no sin esfuerzo.
Ando unos pasos y comprendo la nueva coyuntura con una gran carga de añoranza: ¿dónde está el goloso escaparate que me hipnotizaba y me hacía pecar endulzando mi paladar? ¿qué ha sido del quiosco que me inyectaba la primera dosis de cruda realidad? Al igual que un país mediocre y tramposo yo también siento la imperiosa necesidad de que alguien acuda a mi rescate.
Pero no desfallezco. Sólo me quedan unos metros más, ya diviso el puente e intuyo la silueta del rostro de las cuatro eminencias que cada mañana me reciben y aleccionan que, después de todo, esto no está mal.

jueves, 24 de noviembre de 2011

Al otro lado, humo


La belleza más sublime, la que se nos muestra en estado puro, esconde un secreto: es destructiva.
Chet Baker era bello y con un enorme talento, una combinación explosiva para un joven. Se pasó toda una vida evadiendo las responsabilidades para sentirse dueño de sí mismo. Pero intentar ser libre provoca daños colaterales: vas dejando víctimas a tu paso.
A finales de los años cincuenta todo el mundo tenia una historia que contar acerca de Chet Baker: "La luz del cigarrillo ilumina primero sus mejillas y luego deja ver un rostro grave y escrutador. Eran los días en los que en Nueva York, cuando alguien veía a un hombre fumando en un coche en una calle oscura, daba por supuesto que era Chet Baker pensando en su arte."
No era fácil seguir los pasos por el mundo de Chet Baker, un mundo de engaños y autodestructivo. Aun así, su magnetismo hacía que anhelaras estar siempre a su lado. ¿Qué lleva a un hombre a elegir siempre el camino tortuoso? ¿Qué lleva a las personas de su entorno a enredarse en este hombre?.
Más allá del horizonte suena una trompeta, y su lamento quedará incrustado en lo más recóndito del inconsciente.

domingo, 13 de noviembre de 2011

El sabor de la infancia


"Y muy pronto, abrumado por el triste día que había pasado y por la perspectiva de otro triste día tan melancólico por venir, me llevé a los labios una cucharada de té en la que había echado un trozo de magdalena. Pero en el mismo instante en que aquel trago, con las migas del bollo, tocó mi paladar, me estremecí, fija mi atención en algo extraordinario que ocurría en mi interior. Un placer delicioso me invadió, me aisló, sin noción de lo que causaba. Y él me convirtió las vicisitudes de la vida en indiferentes, sus desastres en inofensivos y su brevedad en ilusoria, todo del mismo modo que opera el amor, llenándose de una esencia preciosa; pero, mejor dicho, esa esencia no es que estuviera en mí, es que era yo mismo. Dejé de sentirme mediocre, contingente y mortal.
¿De dónde podría venirme esa alegría tan fuerte? Me daba cuenta de que iba unida al sabor del té y del bollo, pero le excedía en mucho, y no debía ser de la misma naturaleza. ¿De dónde venía y qué significaba? ¿Cómo llegar a aprehenderlo? Bebo un segundo trago, que no me dice más que el primero; luego un tercero, que ya me dice un poco menos. Ya es hora de pararse, parece que la virtud del brebaje va aminorándose. Ya se ve claro que la verdad que yo busco no está en él, sino en mí. El brebaje la despertó, pero no sabe cuál es y lo único que puede hacer es repetir indefinidamente, pero cada vez con menos intensidad, ese testimonio que no sé interpretar y que quiero volver a pedirle dentro de un instante y encontrar intacto a mi disposición para llegar a una aclaración decisiva. Dejo la taza y me vuelvo hacia mi alma. Ella es la que tiene que dar con la verdad."

viernes, 4 de noviembre de 2011

El chico triste que componía canciones bonitas


Ron quería ser una estrella, pero no sabía lo afortunado que era de que nadie le conociera. Vivía engañado, sus dulces melodías se paladean mejor en audiencias minoritarias, resguardadas del virus de la mediocridad del último hit.
Convencido de que a su vida le faltaba sustancia, se rodeó de aduladores que le prometían el éxito. Pero mientras él ensayaba para adaptarse y aprender a encajar entre los demás, sus canciones tenían el don de la discreción y decidían pasar inadvertidas.
¿Qué más da?, si su música no suena en la radio para morir cinco minutos después; ¿qué más da?, si en mi corazón sus canciones tendrán un hueco para siempre.

viernes, 21 de octubre de 2011

La llave de la dignidad


Perdió la dignidad entregando una simple llave. Él solo quería sentir calor, ternura, que había vida en su interior. Se sentía un náufrago entre ocho millones de personas y su soledad quedó retratada en una raqueta de tenis.
Detestaba en lo que se acabó convirtiendo: un hombre gris y ninguneado por sus superiores. Aceptó humillaciones que ahora forman parte de su identidad. Una y otra vez se dejaba pisotear creyendo así que su imparable deshumanización contribuiría a una promoción personal y le serviría para triunfar en una sociedad moderna y competitiva.
¿Se puede enfermar de humillación? Desde luego. El Apartamento (Billy Wilder 1960) nos muestra cómo una sociedad enferma engendra individuos tóxicos y manipuladores, que contaminan todo lo que les rodea, e individuos planos y sin personalidad que se dejan intoxicar porque no conocen otra alternativa, y aunque la conocieran nunca lucharían por ella.
Se nos llena la boca hablando de libertad pero en realidad no existe. Es un concepto ideado por la clase oprimida y que actúa como una droga para poder soportar mejor su humillación.
El Apartamento merece su gloria porque lleva más de cincuenta años diciéndonos, de frente, cuál es nuestro problema.

domingo, 16 de octubre de 2011

Los hombres de hojalata


Vinieron de otro planeta, qué digo, de otra galaxia; no creo que en Marte ni en Saturno, a pesar de sus hipnotizantes anillos, existan criaturas de esta categoría tan singular en cuanto a idiosincrasía, pero tan plural ya en número.
Y se han instalado en nuestras vidas con la inhumana misión de hacernos creer que la celebración de una boda es lo último en diversión y que no deberíamos dejar escapar la oportunidad de experimentar ese acto tan lleno de altruismo porque sino nos arrepentiremos por los siglos de los siglos.
Es inútil tomar precauciones: siempre se recibe la cursi tarjeta que dicta tu condena. Son astutos y sigilosos, resulta complicado verlos venir (su despampanante y cegador traje gris sólo lo lucen el día fatídico). Auténticos maestros en el arte del engaño porque nunca conocerás sus trucos y artimañas, acabarás plenamente convencido para contribuir a la causa.
Y después de dos meses de tremendas convulsiones para el sistema nervioso y los bolsillos, parece que llega la paz. Pero no hay que confiarse, la tregua es efímera. Volverán con la mejor de sus sonrisas para alegrarnos nuestra triste existencia.

viernes, 7 de octubre de 2011

Londres no se acaba nunca (I)


El balón cayó en la City en el último cuarto del siglo XIX y proporcionó, además de ilusión, banderas e identidad a numerosos barrios decadentes. También forjó enemistades eternas: como la del Arsenal, los rojos gooners, y la del Tottenham, los blancos spurs, en la populosa ladera que desciende desde Hampstead hacia el Támesis.
El Arsenal nació en unos talleres donde se fabricaban piezas de fundición para el ejército, en 1886. Adoptó el color rojo porque el Nottingham Forest les prestó las camisetas; más tarde, en los años treinta del siglo XX, se decidió cambiar el rojo por el blanco, pero sólo en las mangas.
El otro gran equipo del norte de Londres, el Tottenham, nació en 1882 como resultado de la fusión entre un club de críquet local y el equipo de fútbol de la escuela del barrio, cuyos alumnos eran mayoritariamente judíos. Por esta razón es inadmisible ser judío y gooner. Los Spurs tienen un bonito estadio con un bonito nombre (White Hart Lane, Callejuela del Ciervo Blanco).
La rivalidad entre los dos equipos se convirtió en odio en 1919. Ese año se amañaron diversos partidos pero la federación inglesa incomprensiblemente no hizo nada. Bueno sí, celebró una reunión y decidió que el Arsenal, con más poder en los despachos, ascendiera a Primera y el Tottenham descendiera a Segunda.
Esa vergüenza fue el comienzo de un años prodigiosos para los gooners. En 1925 ficharon como entrenador a Herbert Chapman, el inventor de la defensa en línea y de interminables quebraderos de cabeza para los árbitros.
El fútbol llegó a ser moderno gracias a una trampa.

sábado, 1 de octubre de 2011

Shakespeare en las esquinas


No es fácil saberse especial, ser diferente en un mundo en el que no encajas. Condenado a interpretar hasta el final el mito de Sísifo, a empujar la roca una y otra vez, Omar será engullido por las esquinas.
En Baltimore, la muerte tiene el rostro de niño inocente y eso puede hacer que te confíes.
Política y medios de comunicación juntos de la mano transitando por un camino plagado de mentiras y traiciones. Policías y profesores desbordados que se ven obligados a saltarse las normas para combatir la droga en una ciudad a la deriva, que es como barrer hojas en un día ventoso.
Niños sentenciados a un futuro que no va más allá de la próxima esquina.
La máxima de un buen periodista debería ser: " Si tu madre te dice que te quiere, compruébalo."  En cambio, en la actualidad parece ser que un periodista es aquel que escribe con el firme propósito de informarse después, y a veces ni eso.
Porque es más fácil engañar a una multitud que a un hombre solo, y a ello juegan los políticos bajo el disfraz de una supuesta democracia.
Todo esto queda reflejado en The Wire, que no es una tragedia sobre Baltimore. Es la historia de Baltimore que es trágica, la ciudad como principal personaje.
Otra vez el genio inglés.

sábado, 24 de septiembre de 2011

En el cuarto oscuro


"Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía. Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos paladar abajo hasta apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta.
Era Lo, sencillamente Lo, por la mañana, cuando estaba derecha, con su metro cuarenta y ocho de estatura con pies descalzos. Era Lola con pantalones. Era Dolly en la escuela. Era Dolores cuando firmaba. Pero en mis brazos fue siempre Lolita.
¿Tuvo Lolita una precursora? Naturalmente que sí. En realidad, Lolita no hubiera podido existir para mí si un verano no hubiese amado a otra niña iniciática. En un principado junto al mar. ¿Cuándo? Aquel verano faltaban para que naciera Lolita casi tantos años como los que tenía yo entonces.
Pueden confiar en que la prosa de los asesinos sea siempre elegante.
Señoras y señores del jurado, la prueba número uno es lo que los serafines, los mal informados e ingenuos serafines de majestuosas alas, envidiaron. Contemplen esta maraña de espinas."

lunes, 19 de septiembre de 2011

Patadas adolescentes

"Las guitarras le hacen a uno más guapo. Eso es lo único que nos importa. Le sientan bien a uno y suenan bien. No hace falta que te pares a aprender a tocar la puta cosa. Eso sería como echar a perder tres o cuatro años de tu vida. Deberías hacer bolos desde el primer día que consiguieras una guitarra". The Undertones.


A finales de los setenta no había mucho que hacer en Irlanda del Norte, si eras joven. Frustrados y sin expectativas, donde el único horizonte de futuro era un lugar preferente en la interminable cola del paro, el punk fue una de las pocas salidas posibles para muchos de estos adolescentes. Otra fue convertirse en delincuente.
Cinco chavales de Derry sin conocimientos musicales pero con ganas de fiesta pusieron color y mucho amor a una tierra fría y gris. Canciones de tres minutos que una vez escuchadas alcanzan la eternidad.

domingo, 11 de septiembre de 2011

Tribulaciones del hombre adoquinado


Me sorprendió descubrir que cada vez recurría con más frecuencia a su voz escrita para decir las cosas que importan, como aquellas que hacen daño de verdad. Renunciaba así a su, según él, ya agotado discurso hablado, tan repleto de dudas.
Si bien el callejón no le proporcionaba un anonimato total, no es menos cierto que le permitía fantasear con ser el otro y escaparse de lo mundano en una huída hacia el silencio. Allí era alguien, aunque no necesariamente mejor. Allí era él: el hombre adoquinado.
La vida real, la de ahí afuera, ya no le ofrecía las suficientes garantías para conservar su muy codiciada inmunidad ante los avatares cotidianos.
Estirado en un suelo roto alcanzaba la perfección: se volvía invisible, a la vez que conseguía mantener a raya a la timidez que en ocasiones le paralizaba. Porque para un tímido empedernido, y él lo era en grado sumo, la visibilidad es la mayor condena. Somos como los demás nos ven y contra eso hemos de luchar. Por supuesto, es una batalla perdida de antemano.
En una ocasión me contó que tenía la extraña cualidad de caer bien a gente que no soportaba, lo cual se debía a su cara de buena persona que le dotaba de una aparente tranquilidad que irradiaba allí donde iba.
No se manejaba bien en la confrontación directa, no le iban los malos rollos y las situaciones tensas.
El hombre que yo conocí no poseía don de gentes y le suponía un tremendo esfuerzo mostrar su verdadera identidad, la que sí era capaz de reflejar tumbado en ese extraño callejón.

lunes, 5 de septiembre de 2011

El Ser y la Nada


Gerry como metáfora del impredecible comportamiento humano. Gerry y los miedos e inseguridades que todos tenemos. Gerry como paisaje inhóspito que todo lo devora. Gerry y la búsqueda de la identidad. Gerry y la voluntad del individuo por encima de las convenciones. Gerry y la capacidad para rebelarse. Gerry como una especie de suicidio social. Gerry como nombre que todo lo cubre. Gerry cuando todo ocurre cuando no ocurre nada.

miércoles, 31 de agosto de 2011

sábado, 27 de agosto de 2011

Callejón 27


Aquella noche de agosto cambió muchas cosas. De hecho, lo cambió todo. Mientras él no se atrevía a serle infiel, ella tenía una cita inesperada con la dura realidad. Al volver a casa él pudo comprobar que el mal ya estaba hecho y que, a partir de ese momento, una pesada carga vestida de melancolía iba a ser su fiel compañera por mucho tiempo.
Lo intentaron de mil maneras pero nunca pudieron volver atrás. Lo que mediaba entre la soledad de él y la incomprensión de ella era un trecho imposible de abarcar.
Es asombroso lo mucho que negaron la evidencia, pero cuando él empezó a llamarla por su nombre comprendieron, de inmediato, que necesitaban dejar de necesitarse.
No había discusiones, ni infidelidades, sólo una especie de distancia muda entre ellos; la repentina y desconcertante conciencia de que se habían convertido en extraños el uno para el otro.
Que ella amara más era la fuente indiscutible del poder que él tenía sobre ella. No era justo.
La conversación decayó y  pasaron a depender de un televisor para evitar silencios incómodos y hacer los fines de semana soportables.
Aprendieron tarde que las consecuencias, en el amor, no importan. Cuando existe, hay que vivirlo. Cuando se acaba, ya está muerto.
Porque, por increíble que parezca, se sobrevive al amor.

viernes, 19 de agosto de 2011

Postales de verano

                   
Ni un paro que de subir no para, ni unos políticos corruptos. Ni siquiera el bienestar de los ciudadanos. El concepto que marca el desarrollo de un país es el de bicefalia, y no electoral, sino futbolística. Así que se podrán imaginar cómo andamos por aquí.
En la era del duopolio del balón hay un personaje, especie de Quijote contemporáneo, que nunca defrauda, y nos ha alertado, con su dedo en forma de lanza, que la próxima temporada ya está aquí y va a ser más de lo mismo.
En verano todo tiende a vulgarizarse, a perder el misterio. Sí, definitivamente, el verano es la época menos enigmática y la más vulgar.

jueves, 11 de agosto de 2011

Simón, el viejo


Simón es un viejo melancólico. Envejeció muy deprisa, hace miles de años, y se convirtió en filósofo espontáneo y malhumorado. Cada noche en la barra de los perdedores, su refugio y su cárcel, tiene un ataque de sinceridad. Es una verdad con aroma de whisky escocés: -"Nunca dejes de beber cuando todavía seas capaz de pensar que es mejor no seguir bebiendo".
Antes de ser un viejo prematuro, Simón tenía un don. Pero no supo hacer nada con él. Nadie puede imaginar lo que es tener un talento natural para hacer algo y no poder hacerlo, aunque la gente que tiene verdadero talento no les hace falta hacer nada.
Los ojos de Simón ya no pueden asumir el riesgo de mirar el mundo porque temen que en un destello de realidad se queden ciegos.
Hubo un tiempo en el que Simón tenía esperanzas, ahora ya tiene bastante con trabajarse su propia decadencia.

viernes, 5 de agosto de 2011

El reloj de cuco


"En Italia, en 30 años de dominación de los Borgia hubo guerras, terror, sangre y muerte, pero surgieron Miguel Angel, Leonardo da Vinci y el Renacimiento. En Suiza hubo amor y fraternidad, 500 años de democracia y paz, y ¿que tenemos? El reloj de cuco." Harry Lime, el oscuro y perverso personaje que Orson Welles interpretó en El Tercer Hombre.

miércoles, 27 de julio de 2011

La noche no es lo que era


El sábado pasado me vi obligado a trasnochar para ser testigo de la muy extendida, que no entendida, costumbre de disfrazar al valiente que ha decidido cambiar de estado civil: de sensato a insensato.
Siempre aborrecí las despedidas de soltero pero esta vez reconozco que tenía un gusanillo en el estómago. Desconocía lo que me iba a deparar la noche y eso me intrigaba. Había pasado tanto tiempo desde la última vez...
Fue decepcionante, no por la celebración en sí, sino porque pude constatar las consecuencias desastrosas que las nuevas leyes han provocado en el ocio nocturno de la ciudad: discotecas sin humo, decenas de personas que para divertirse salían afuera, vecinos indignados y somnolientos, etc.
A mí ya me iba bien que en el interior de las discotecas dejaran fumar porque con el humo se me irritaban los ojos y ya tenía la excusa perfecta para irme. En esta ocasión tuve que improvisar otra.

jueves, 21 de julio de 2011

La luz que nunca se apagará


Así como se revela el alma de una civilización en su arquitectura, una pobre imaginación poética y musical señala el declive de su cultura. En este sentido, la música pop como elemento aglutinador de tendencias y termómetro de lo que se cuece en la calle debería estar más presente, más arraigada y asumida de forma natural en nuestras vidas.
Si esto fuera así, si en este país de pandereta al pop se le diera la importancia que merece...  Si a la música pop se le considerase cultura, The Smiths gobernarían de por vida.
Poesía y música juntas de la mano para describir la angustia existencial adolescente. Morrissey, el príncipe melancólico y visionario, como portavoz de una generación perdida, necesitada de comprensión pero también de cariño. Con The Smiths, la melancolía se vistió de largo, elegante y guapa.
En esta época oscura, que ya dura demasiado, donde cada vez hay que mirar más lejos para atisbar una luz, se echa en falta a grupos capaces de iluminarnos con canciones que salvan vidas.

viernes, 15 de julio de 2011

En tierra de nadie


"Ser neutral ante un asesinato, en realidad, es tomar partido."

sábado, 9 de julio de 2011

Por si apareces


Blackbird y el Dr. Robert durante su estancia en la ciudad más planetaria y que acabó convirtiéndose en un fin de semana inolvidable, sobre todo para los lugareños...

viernes, 1 de julio de 2011

Es hora de recapitular...


... lo que aprendí del hombre que casi conoció a Michi Panero.
Que las buenas cosas mueren bajo el sol.
Que al pasar por delante de una funeraria es aconsejable agacharse, no vaya a ser que me tomen las medidas.
Que incluso los perros se ponen tristes después de eyacular.
Y que aun sabiendo que cuesta, y seguirá costando, vale la pena decir no cuando lo que quiero decir es no.
A mirar por la ventana sin tener que explicar en qué pienso cuando pienso en eso que llaman nada.
Que haya llegado a la conclusión de que no es tan importante ser feliz como tener buen humor.
A valorar los silencios porque hacen que sus canciones vayan creciendo dentro de mí.
Que si pudiera lo haría todo sólo una vez.
Que no es necesario encontrar las respuestas a esas inmensas preguntas, únicamente tener el coraje de estar a la altura de mis ilusiones.
Que ya está bien de pedir perdón por existir, por no ser como los demás. Vivir sin preocuparse por perder, que es lo normal. Levantarme y brindar por mis fracasos, y así estar preparado para volver a perder, como el capitán Ahab.
Llegado el fin es muy probable que haya sido incapaz de encontrar el momento oportuno para utilizar adecuadamente el término "otredad".
Esto es sólo parte del todo, y es bastante más de lo que jamás soñaríais en mil vidas.

miércoles, 22 de junio de 2011

Señora de las Alturas


No es manía ni locura
Esto que tengo contigo
No es manía ni locura
Que los mejores doctores
No han encontrado la cura
Que no venga de tu mano,
Señora de las Alturas.

Letra: Popular; Idea: Dr. Robert, que alega incapacidad para vivir sin ella, Señora de las Alturas.

miércoles, 15 de junio de 2011

Canción del fin del mundo


Como muestra el gráfico, este país nunca fue bien. Sólo ha ido bien para cuatro. Los beneficios empresariales crecen sin freno y los salarios se desploman. A partir del 2008, cuando los poseedores de las grandes fortunas vieron amenazados sus privilegios presionaron a los políticos. La respuesta de éstos todos la conocemos: recortes en sanidad y educación, ampliación de la edad de jubilación, despidos masivos, pensiones más bajas y, paradojas de la vida, rescates bancarios con dinero público.
Siguiendo el consejo del libro de Stéphane Hessel, yo también me he indignado y me he sentido identificado con una pancarta de la Puerta del Sol que rezaba lo siguiente: "Violencia es cobrar 600 euros". Pero como escéptico que soy no he podido evitar sonreír al ver otra pancarta en Plaça Catalunya que decía: "¿5 millones de parados? Es igual, hemos ganado la Liga y la Champions".
Ya lo vaticinaba en el 2004 la letra de un grupo que, aunque parezca que habita en otra galaxia, conoce muy bien los problemas terrenales: "Van a pagarte lo mismo/ por el doble de trabajo/ si no haces algo para remediarlo".

martes, 7 de junio de 2011

Sueños robados


En 1992 me robaron un sueño en forma de partido de baloncesto, entre el mejor equipo del mundo y el mejor equipo europeo que he visto jamás, y creo que veré. Pero hay un lugar donde nadie, ni siquiera el más temido criminal, tiene acceso. En mi cabeza, mi imaginación no tiene límites y es libre, y ese partido se ha jugado miles de veces.
"Construir una amistad lleva años, pero destruirla sólo un segundo. Siempre pensé que llegaría el día en que Dražen y yo nos sentaríamos a charlar... pero ese día nunca llegó". Palabras de Vlade Divac en el imprescindible documental Once Brothers, donde se habla de baloncesto pero también de la guerra y de la amistad.

domingo, 5 de junio de 2011

La lluvia antes de caer


Abrir un álbum de fotos, y en casa de mis padres hay decenas, es comprar un billete sin retorno y sin escalas hacia la nostalgia. La idea de que una imagen puede transportarte a un pasado perdido es tentadora, a la vez que peligrosa, por la volubilidad de la memoria, esa dama extraña y manipuladora que moldea a su antojo nuestros recuerdos, convirtiéndonos en sus esclavos.
Consciente del riesgo, comienzo a echar un vistazo. Veo rostros conocidos a los que me cuesta relacionar con rostros actuales. Todos sonríen, están celebrando algo. No me gustan las fotos de ocasiones señaladas, parecen captar una situación con total fidelidad pero en realidad no dan ni una pista sobre lo que se les pasaba por la cabeza a las personas que estaban allí. Qué cosa más engañosa es una foto.
Sigo mirando y me detengo en una foto que hace activar las alarmas de mis defensas. Las imágenes son secretas y personales. No pertenecen a nadie, y ésta me lleva directamente a un día importante en nuestra vida familiar y a un lugar que parecía olvidado.
Hoy hace 32 años de esta imagen. No sé quién hizo la foto. Mi padre debería estar con mi madre, que estaba pariendo a lo que se convertiría en mi hermana. Debió ser mi tío, uno de los muchos que tengo. El niño que se esfuerza por no quedar fuera del encuadre soy yo, y estoy persiguiendo a mi hermano. ¡Cómo nos gustaba correr! Siempre corriendo.
Una persona viene a mi mente y con ella multitud de recuerdos. Mi abuela vivía en un piso pequeño y enfrente había un cementerio, que es lo que se ve al fondo de la foto, donde están esos árboles altos y delgados, detrás del muro. Siempre me impactó ver tanta gente, tanta vida alrededor de aquel cementerio. Yo nunca entré allí, bueno sólo una vez. Del piso, me acuerdo perfectamente de la diminuta cocina donde mi abuela hacía milagros en forma de los mejores macarrones del mundo, y de un patio comunitario casi abandonado y dominado por multitud de gatos. Imposible olvidar a la vecina de mi abuela que siempre andaba por allí intentando hacerme cosquillas. En un viejo televisor en blanco y negro tuve mi primera emoción deportiva cuando el hombre de hielo y el genio irascible disputaban el mejor tie-break de la historia. Tenía 7 años.
Mi abuela era muy lista, tenía mucho mundo, pero había cosas que desconocía. No sabía que en un partido de baloncesto retransmitido por televisión no reclaman trabajadores cuando el comentarista dice: "Falta personal". Ella creía que yo era muy listo y que algún día me convertiría en una eminencia: "Éste será abogado", pronosticaba. Siento haberla decepcionado.
Hace 20 años que no toco la suave piel de mi abuela. Hace 20 años que entré por primera y única vez en aquel cementerio. Y ya no me pareció tan lleno de vida.

lunes, 23 de mayo de 2011

En ayunas sabe mejor


Sostiene Cándido que un estómago vacío es condición indispensable para obtener un mayor disfrute en la escucha de determinadas músicas. Como el Dr. Robert siempre ha valorado en alta estima las asertaciones de su colega melómano, eso fue lo que hizo.
Y tres cuartos de hora después, y acuciado por el hambre, pudo ratificar la teoría. If you´re feeling sinister (1996), de los escoceses Belle and Sebastian, pertenece a ese grupo selecto de discos que se saborean mejor en ayunas. O eso le pareció, porque esa última experiencia auditiva hizo que el Dr. Robert comenzara a divagar: "¿Cómo es posible que la mayoría de gente de mi entorno no sienta la música como yo? ¿Por qué una canción excelsa, como las de este disco, no llega al gran público y otra inmunda sí?..." Cuestión de gustos, Dr. Robert.
Nos hacemos mayores pero el pop nos mantiene jóvenes, se consoló el Dr. Robert.

martes, 17 de mayo de 2011

Anhedonia


Mi recién estrenada baja laboral me está obligando a pasar demasiado tiempo conmigo mismo.
Bajo esta perspectiva nada envidiable, maniatado por mi incapacidad temporal y cargado de paciencia y resignación, me dispuse a afrontar un nuevo y largo día.
Degustando el mejor café del mundo, el que se toma en pijama, salí al patio. El mismo donde Blackbird parece encontrar la felicidad.
Absorto en pensamientos banales, escuché una voz procedente del interior de una ventana a medio cerrar. Palabras que pronto se convirtieron en conversación.
Ella decía: "Soy incapaz de relajarme. Antes me gustaba ir al cine, ahora no soporto estar dos horas sentada. No disfruto con nada. No me lo paso bien ni con mis amigos. Si ti soy sincera no siento placer cuando lo hacemos. Y estoy segura de que la culpa no es de él."
A lo que una voz masculina respondió: "Lo que a ti te pasa tiene un nombre. No es depresión, sino como una incapacidad de sentir placer. Deberías ir al médico."
Me sentí como Gena Rowlands en Otra mujer, la maravillosa película de Woody Allen, cuando accidentalmente escucha, a través del respiradero de su apartamento, una conversación íntima entre su vecino psiquatra y una paciente.
Me invadió una sensación de incomodidad. No sabía si seguir escuchando esa conversación ajena e interesante o hacer lo que nadie hace.
Una conocida llamada telefónica preocupándose por mi salud lumbar me impidió saber más.
Y el patio volvió a la paz, su estado natural.

miércoles, 11 de mayo de 2011

No más Myolastan


No más Doxilamina. Ni más Neurontin.
Es desconcertante, a la vez que frustrante, que, a estas alturas del juego, le comuniquen a uno que no sabe caminar. Que es conveniente mirar a la vida de tú a tú, recto y erguido, orgulloso de uno mismo, desde la planta del pie hasta el parietal.
Cae la noche y el dolor, como todas las noches en los últimos cuatro años, acude puntualmente a la cita, y mis lumbares ya me están reclamando su dosis de quietud y de calor.
Cuando la odisea de correr cinco kilómetros ya hace tiempo que se convirtió en utopía. Cuando atarse los cordones resulta un suplicio, entonces ya no queda más remedio que recurrir a la química para notar un poco de alivio.
Posturas antinaturales en forma de estiramientos, me dicen, que son el antídoto perfecto para mantener calladas a mis protrusiones discales, que se empeñan en hacerse notar y recordarme que tengo que cuidarme.

lunes, 9 de mayo de 2011

Sevvy

Pionero: persona que se adelanta a las demás en una determinada disciplina.
                                       ¡¡¡La metí!!!
Corría el caluroso y decisivo verano de 1984. Decisivo porque definió mis inquietudes deportivas.
Recuerdo que, con la complicidad de mi hermano, aquel año empezamos el boicot a esa tradición familiar tan extendida por estos lares: la de tostarse al sol. Dijimos no a toallas, sombrillas y arena, y nos preparamos para descubrir nuevas sensaciones. Vimos voleas perfectas en la hierba de Wimbledon, sufrimos escalando los puertos míticos del Tour, y en Los Angeles conocimos al mejor jugador de baloncesto parido por una mujer europea y al mejor jugador de baloncesto parido por una mujer.
Y ese mismo año también nos indignamos frente al televisor. Un españolito desconocido en su país pero ya leyenda en las islas británicas estaba a punto de ganar su segunda jarra de plata en la meca del golf, Saint Andrews, cuando algún iluminado responsable, o habría que decir irresponsable, de TVE decidió cortar la transmisión para conectar con una carrera de caballos.
Era 1984 y el deporte español no andaba sobrado de héroes. Severiano Ballesteros nunca fue profeta en su tierra. Quizás lloren más su muerte en Gran Bretaña que en España, porque Sevvy nació antes que Seve.

martes, 3 de mayo de 2011

Elogio de la lectura


Decía un poeta ya fallecido que leemos para saber que no estamos solos. Como buen inadaptado emocional, sabía de lo que hablaba.
Maurice Blanchot, escritor francés y el último de los malditos ilustrados, sentenció que escribir era hacerse transparente a los demás e indescifrable a uno mismo.
Para mí, aparte de que es una manera muy fácil y cómoda de conocer a gente interesante, leer constituye una necesidad casi fisiológica.
Leer es ser libre, es abrir una ventana y volar. Cuando abro un libro una mano o una fuerza tira de mí y se me lleva. Los mejores momentos de la lectura son aquellos en los que te encuentras con algún pensamiento, una sensación que creías que era íntima y personal y que, de repente, la ves expresada por otra persona que no conoces, porque posiblemente esté muerta o viva a miles de kilómetros. Y es ahí, en ese instante, cuando del libro surge una mano y toma la tuya.

jueves, 21 de abril de 2011

La única banda que importa


En la cola del paro, en una oficina de un suburbio londinense, se parió una idea: dotar al punk de ideología, de esencia, de actitud. Si entendemos el punk como una opción política, además de artística, entonces entendemos a The Clash.
Ellos fueron los portavoces del hastío de una generación intentando explicar por qué los jóvenes se estaban volviendo nihilistas.
Joe Strummer no fue un gran cantante. Más que cantar, gritaba. Pero en la Inglaterra thatcheriana se debía gritar para hacerse oír. Y The Clash gritaron con muy mala leche, convirtiéndose en la voz de la clase obrera.
¿Y que hay de la música? En los discos de The Clash suena punk, rock, reagee, ska, soul, funk, canción protesta, músicas del mundo antes de que se llamara así... Mejor escuchen London Calling, disco capital en la historia de la cultura occidental, y sabrán de qué hablo. Yo lo hago una vez al año, como mínimo. Cuestión de higiene.
A finales de los setenta existía un dicho que afirmaba que The Clash eran la única banda que importa.
Como les echo de menos en el 2011.

"No teníamos una solución clara para los problemas de la sociedad. Tanteábamos una solución socialista para que el mundo fuera un lugar menos deprimente. Pero si Karl Marx fue incapaz de hacerlo, ¿cómo lo iban a conseguir cuatro macarras de Londres?" Joe Strummer

viernes, 15 de abril de 2011

Y la muerte se puso guapa


Si pierdes a tu cónyuge te llaman viudo o viuda, si eres un niño y pierdes a tus padres entonces eres un huérfano, pero, ¿qué término se utiliza para describir al progenitor que pierde a un hijo? Supongo que es demasiado horrible para tener un nombre...
¿Por qué nos cuesta tanto hablar de la muerte? No hay nada más normal que morirse. Es uno de los dos hechos que todo ser humano experimenta.
El conocimiento os hará libres. Pero nacemos y. al poco, nos enteramos de que esto no dura mucho. Y sobrevivimos esclavizados por esta revelación. Quizás mejor no saber.
Una cosa es segura: la muerte nos hace callar para siempre. Así que, mientras puedas, di lo que tengas que decir.
Por eso se muere la gente. Para hacer importante la vida.
Este último año la família Fisher me ha enseñado a ver la muerte de forma diferente. Su visión dura, a veces surrealista, pero siempre inteligente ha sido toda una lección de cómo enfrentarse a esa especie de antigua novia, fiel y pesada, que siempre nos acecha.

martes, 5 de abril de 2011

El autista informático


El confinamiento le proporcionaba una absoluta libertad para ir donde le llevaban sus pensamientos pero también le estaba convirtiendo en un ser antisocial, en un hikikomori.
Siempre admiró a los escritores que cada día emprendían un viaje hacia lo desconocido y sin embargo permanecían todo el tiempo sentados en una habitación. Y siempre se lamentó de no haber sabido encontrar a un escritor capaz de soñar realmente, a pesar del mundo.
Samuel padecía el mal de autor, que es la pena del editor: hacerse la dolorosa pregunta de si el autor genial tan buscado no era en realidad él mismo, que no poseía talento para escribir. Por eso se convirtió en editor. Para volcar su decepción en los demás y no exclusivamente en sí mismo.
Antes vivía pegado a una botella, ahora vive abducido por un ordenador, como esos jóvenes japoneses que para evitar la presión exterior reaccionan con un completo retraimiento social. De hecho, hikikomori significa aislamiento. Se encierran en una habitación de la casa de sus padres durante meses, incluso años. Sienten tristeza. A lo largo del día duermen y durante la noche ven la tele o se concentran en el ordenador.

lunes, 28 de marzo de 2011

Difícilmente puedo deletrear mi nombre

                                   








Si los genios de la pintura nos enseñan a ver, no cabe duda de que los grandes músicos nos enseñan a escuchar. Kurt Wagner, líder de Lambchop es uno de los responsables de un hecho fundamental en mi vida: de la educación de mis oídos.
Nixon (2000) es un clásico del soul moderno, música propia de negros en manos de una voz blanca susurrante. Todo envuelto por unos arreglos de cuerda y viento que te hacen babear. Aquí, Kurt parecía perseguir el sonido nunca antes escuchado.
Si con Nixon, Lambchop se ganaron el respeto de la crítica, Con Is A Woman (2002) conquistaron mi corazón. Más reposado e íntimo que su predecesor, es un disco para degustar sin prisas. Sencillamente maravilloso.
Ni me acuerdo de las noches que me he acostado con Lambchop, y juro que más de una vez, antes de entrar al otro lado (al reino de los sueños), me pareció escuchar al bueno de Kurt susurrarme que no me preocupara, que todo iría bien.
Hace 11 años que en mi menú musical nunca falta la chuleta de cordero. Porque, a veces, no importa lo que te cuenten. Basta con una voz reconfortante.
Personas como Kurt Wagner me enseñaron a escuchar y, tal vez, soy quien soy por lo que escucho.

martes, 15 de marzo de 2011

日本


Siempre es la última en marcharse. Lleva una existencia ignorada esperando a que llegue la hora del cierre, cuando le dejan alzar la voz.
Pero ese día quien tuvo que apagarla, tenía prisa. Un descuido que le daba el protagonismo del que siempre ha carecido. Un protagonismo no deseado. Ella no quiere ser querida así.
El mundo se ha hartado de ella y desea su ausencia, que es el silencio. Es duro ser la más repudiada de las músicas.
En un supermercado japonés, en ruinas, suena una música ambiental y, por desgracia, todos hemos podido escucharla.

viernes, 11 de marzo de 2011

Rimas y ciruelas


Me he despertado con un pensamiento muy agradable. En el mundo todavía quedan personas interesantes. Ayer por la noche tuve una cita con una de ellas y no fue necesario salir de casa. Me acomodé en el sofá y empezamos a charlar.
Paul Chowder es poeta. Durante un tiempo, incluso fue un poeta publicado. Se define asimismo como nefelibata que, me explica, significa persona soñadora, que anda por las nubes. Veo que tenemos algo en común.
Yo no entiendo la poesía. Mi cultura siempre ha sido prosaica. En cambio, Paul se cansó de leer siempre la misma novela. Diferentes personajes, idénticas situaciones. Veo que también tenemos puntos de vista divergentes.
Paul tiene una misión en la vida: buscar y encontrar la razón por la que existe la rima. Ardua tarea. Vive obsesionado por la poesía rimada, quizás porque él sólo escribe ciruelas, que es como Paul llama a los poemas que no riman.
Paul Chowder, como todos los poetas, está en crisis. No es capaz de escribir la introducción de su antología y sufre de mal de amores. No quiere parecer el típico poeta atormentado pero sabe que ellos, los poetas, son los sufridores oficiales, que utilizan la rima como una cuerda para salir de sus barrancos particulares de desesperación. Pero él no sabe rimar y nunca escribirá aquel simple verso que mejor explica la agonía del poeta: A la medianoche dejas / lágrimas en tus orejas.
Paul Chowder no es real, es un personaje de ficción. Es el entrañable protagonista de una deliciosa novela, muy a su pesar. A mí no me importa.
Por eso leo. Últimamente es la única forma que tengo de conocer personas interesantes.

viernes, 4 de marzo de 2011

Les amants du Pont-Neuf


Alguien os ama. Si amáis a alguien, mañana le decís: "Hoy el cielo está blanco". Si soy yo, respondo: "Pero las nubes son negras". Así se sabrá que se ama.
Porque tú también buscas el amor, como los demás. Y la ternura, como los demás.
Pero el amor no está aquí, en Pont-Neuf. Porque el amor necesita dormitorios, no corrientes de aire.

viernes, 25 de febrero de 2011

Bienvenidos a la tierra prometida



Érase una vez la América profunda. La que todo el mundo ignora. Una América habitada por gente aislada de sus trabajos, de sus amigos, de sus familias. Personas que no están conectadas a nada de lo que sucede a su alrededor, rotas espiritualmente.
En Nebraska (1982) quien canta no es Springsteen. Quienes se apoderan del micrófono son asesinos en serie que confiesan sus crímenes momentos antes de ser ejecutados; padres de família que se ven obligados a delinquir porque acumulan deudas que no podría pagar ningún hombre honrado. Almas perdidas que conducen por carreteras solitarias hacia un destino sin futuro. Muy lejos del sueño americano.

domingo, 13 de febrero de 2011

Fred y Ginger


Iban paseando a orillas del río Moldava cuando fueron sorprendidos por una estampa que les hizo retroceder muchos años, a aquellos musicales de Broadway donde una pareja bailaba con la cámara, cambiando así la forma de entender el baile en el cine. Y ahí siguen, más de medio siglo después, bailando en un país frío y de la vieja guardia comunista. Los efectos de la globalización. Un Fred de cemento abraza a una Ginger de cristal.
Los entendidos en arquitectura califican este asombroso edificio danzante de Frank O. Gehry y Vlado Milunic de postmoderno y aseguran que la sensación de movimiento se consigue gracias a las curvas y piernas inclinadas de Ginger frente a la disposición irregular de las ventanas de Fred.
Los no entendidos, como ellos, ven a Fred con su sombrero de copa y a Ginger con la falda al viento en una postura mil veces vista y que ya forma parte del patrimonio cultural de nuestra memoria.
Cheek to cheek.

http://www.youtube.com/watch?v=DyfqW6td-yA

martes, 8 de febrero de 2011

El mejor que conoció


Hubo un tiempo en el que el Dr. Robert soñaba. Eso fue mucho antes de que decidiera desdoblarse en personaje de canción para perderse por algún extraño callejón y comprobar que allí permitían tener sueños sin fecha de caducidad.
En aquella época, ese niño compartía habitación con héroes que vivían colgados de la pared, realizando jugadas imposibles. Aquella era una habitación muy peculiar, pues si en las alturas había dioses, a ras de suelo un gamberro esperaba el ocaso del día para asustarte.
Siempre echó de menos en esa pared tan llena de gloria y proezas, la imagen de un adolescente de apenas 17 años que se disponía a culminar un contraataque con la más elegante bandeja ante la atónita e impotente mirada del imperio yanqui. Él era el héroe. La persona a la que no podías dejar de mirar, a la que todos intentaban imitar. Y también dormía en esa habitación. Y, además, era su hermano mayor. Si existe una palabra para definirle, esa es carisma. Algo que muy pocos poseen. El mejor deportista que nunca conoció y conocerá.
En la actualidad, los dos hermanos tienen inquietudes diferentes pero todavía comparten paseos, mal remunerados, por donde ya no habitan gamberros pero donde la línea que limita cordura y locura es muy fina.

martes, 1 de febrero de 2011

Albania o pequeños inconvenientes de la vida humana (III)



"Nunca he sabido estar con mucha gente. Dejarse acompañar es un arte que yo no he cultivado. Jamás supe cómo conciliar mi estado de reposo, mi convalecencia íntima de mi habitación con el aliento brusco que exhala el recién llegado. Han pasado los años y me he instalado en el retraimiento. Vivo como ese pequeño país autárquico que ponían de ejemplo en el colegio, soy Albania. Mi medio natural es sobrio, retazos de llanuras insalubres, mesetas desiguales y un complejo de montañas abruptas. En mi república se practica la autarquía de repliegue: producir para autoabastecerse y permanecer inmodificado, al abrigo de influencias extranjeras. Porque habitar con los otros es la guerra y me destruye, he preferido rodearme de una difusa constelación afectiva. Sus luces están lejos y aunque apenas iluminan, también me dañan poco. Vivo casi a oscuras. Vivo en mi casa breve de lecho breve y breves vistas al exterior. Y no puedo ilusionarme porque soy un escéptico."