martes, 15 de marzo de 2011

日本


Siempre es la última en marcharse. Lleva una existencia ignorada esperando a que llegue la hora del cierre, cuando le dejan alzar la voz.
Pero ese día quien tuvo que apagarla, tenía prisa. Un descuido que le daba el protagonismo del que siempre ha carecido. Un protagonismo no deseado. Ella no quiere ser querida así.
El mundo se ha hartado de ella y desea su ausencia, que es el silencio. Es duro ser la más repudiada de las músicas.
En un supermercado japonés, en ruinas, suena una música ambiental y, por desgracia, todos hemos podido escucharla.

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