viernes, 25 de febrero de 2011

Bienvenidos a la tierra prometida



Érase una vez la América profunda. La que todo el mundo ignora. Una América habitada por gente aislada de sus trabajos, de sus amigos, de sus familias. Personas que no están conectadas a nada de lo que sucede a su alrededor, rotas espiritualmente.
En Nebraska (1982) quien canta no es Springsteen. Quienes se apoderan del micrófono son asesinos en serie que confiesan sus crímenes momentos antes de ser ejecutados; padres de família que se ven obligados a delinquir porque acumulan deudas que no podría pagar ningún hombre honrado. Almas perdidas que conducen por carreteras solitarias hacia un destino sin futuro. Muy lejos del sueño americano.

domingo, 13 de febrero de 2011

Fred y Ginger


Iban paseando a orillas del río Moldava cuando fueron sorprendidos por una estampa que les hizo retroceder muchos años, a aquellos musicales de Broadway donde una pareja bailaba con la cámara, cambiando así la forma de entender el baile en el cine. Y ahí siguen, más de medio siglo después, bailando en un país frío y de la vieja guardia comunista. Los efectos de la globalización. Un Fred de cemento abraza a una Ginger de cristal.
Los entendidos en arquitectura califican este asombroso edificio danzante de Frank O. Gehry y Vlado Milunic de postmoderno y aseguran que la sensación de movimiento se consigue gracias a las curvas y piernas inclinadas de Ginger frente a la disposición irregular de las ventanas de Fred.
Los no entendidos, como ellos, ven a Fred con su sombrero de copa y a Ginger con la falda al viento en una postura mil veces vista y que ya forma parte del patrimonio cultural de nuestra memoria.
Cheek to cheek.

http://www.youtube.com/watch?v=DyfqW6td-yA

martes, 8 de febrero de 2011

El mejor que conoció


Hubo un tiempo en el que el Dr. Robert soñaba. Eso fue mucho antes de que decidiera desdoblarse en personaje de canción para perderse por algún extraño callejón y comprobar que allí permitían tener sueños sin fecha de caducidad.
En aquella época, ese niño compartía habitación con héroes que vivían colgados de la pared, realizando jugadas imposibles. Aquella era una habitación muy peculiar, pues si en las alturas había dioses, a ras de suelo un gamberro esperaba el ocaso del día para asustarte.
Siempre echó de menos en esa pared tan llena de gloria y proezas, la imagen de un adolescente de apenas 17 años que se disponía a culminar un contraataque con la más elegante bandeja ante la atónita e impotente mirada del imperio yanqui. Él era el héroe. La persona a la que no podías dejar de mirar, a la que todos intentaban imitar. Y también dormía en esa habitación. Y, además, era su hermano mayor. Si existe una palabra para definirle, esa es carisma. Algo que muy pocos poseen. El mejor deportista que nunca conoció y conocerá.
En la actualidad, los dos hermanos tienen inquietudes diferentes pero todavía comparten paseos, mal remunerados, por donde ya no habitan gamberros pero donde la línea que limita cordura y locura es muy fina.

martes, 1 de febrero de 2011

Albania o pequeños inconvenientes de la vida humana (III)



"Nunca he sabido estar con mucha gente. Dejarse acompañar es un arte que yo no he cultivado. Jamás supe cómo conciliar mi estado de reposo, mi convalecencia íntima de mi habitación con el aliento brusco que exhala el recién llegado. Han pasado los años y me he instalado en el retraimiento. Vivo como ese pequeño país autárquico que ponían de ejemplo en el colegio, soy Albania. Mi medio natural es sobrio, retazos de llanuras insalubres, mesetas desiguales y un complejo de montañas abruptas. En mi república se practica la autarquía de repliegue: producir para autoabastecerse y permanecer inmodificado, al abrigo de influencias extranjeras. Porque habitar con los otros es la guerra y me destruye, he preferido rodearme de una difusa constelación afectiva. Sus luces están lejos y aunque apenas iluminan, también me dañan poco. Vivo casi a oscuras. Vivo en mi casa breve de lecho breve y breves vistas al exterior. Y no puedo ilusionarme porque soy un escéptico."