Ni un paro que de subir no para, ni unos políticos corruptos. Ni siquiera el bienestar de los ciudadanos. El concepto que marca el desarrollo de un país es el de bicefalia, y no electoral, sino futbolística. Así que se podrán imaginar cómo andamos por aquí.
En la era del duopolio del balón hay un personaje, especie de Quijote contemporáneo, que nunca defrauda, y nos ha alertado, con su dedo en forma de lanza, que la próxima temporada ya está aquí y va a ser más de lo mismo.
En verano todo tiende a vulgarizarse, a perder el misterio. Sí, definitivamente, el verano es la época menos enigmática y la más vulgar.
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