Un recóndito y estrecho lugar donde los diagnósticos del Doctor Robert campan a sus anchas. Pasen y lean con que ojo clínico disecciona el mundo pagado de sí mismo. Y si no se quieren pasar, de todas formas lean. Lo del 27 es un asunto personal que viene de muy lejos entre el número y el facultativo.
martes, 3 de mayo de 2011
Elogio de la lectura
Decía un poeta ya fallecido que leemos para saber que no estamos solos. Como buen inadaptado emocional, sabía de lo que hablaba.
Maurice Blanchot, escritor francés y el último de los malditos ilustrados, sentenció que escribir era hacerse transparente a los demás e indescifrable a uno mismo.
Para mí, aparte de que es una manera muy fácil y cómoda de conocer a gente interesante, leer constituye una necesidad casi fisiológica.
Leer es ser libre, es abrir una ventana y volar. Cuando abro un libro una mano o una fuerza tira de mí y se me lleva. Los mejores momentos de la lectura son aquellos en los que te encuentras con algún pensamiento, una sensación que creías que era íntima y personal y que, de repente, la ves expresada por otra persona que no conoces, porque posiblemente esté muerta o viva a miles de kilómetros. Y es ahí, en ese instante, cuando del libro surge una mano y toma la tuya.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario