domingo, 9 de mayo de 2010

Buenos días, tristeza


Ella se levantó de la cama y se miró en el espejo buscando un mañana. Pero no lo encontró, y con una sonrisa irónica acertó a decir: "Buenos días, tristeza".
Ella era Jean Seberg. Recuerdo haberme enamorado cuando la vi, tan guapa y sofisticada, vendiendo periódicos por los Campos Eliseos en Al Final de la Escapada (1959), de Jean-Luc Godard, película que, dicen, marca el inicio del cine moderno. Durante un tiempo creí que era francesa. Durante un tiempo sentí envidia de Jean-Paul Belmondo, de que no fuese yo quien descubriera París cogido de su mano.
Más tarde, me enteré que era estadounidense y que llevó una vida autodestructiva. Adicta a todo, cayó en una depresión tras otra hasta que se suicidó.
Seberg era el tipo de mujer que a los hombres nos vuelve locos. Espontánea y misteriosa, una mujer que sabes de antemano que nunca podrá ser tuya porque no se ata a nada y a nadie. Y aun así, te enamoras de ella.

http://www.youtube.com/watch?v=Zi26NsTIrvY

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