martes, 10 de agosto de 2010

¿Cómo decir adiós?


"Querido mundo: te dejo porque estoy aburrido. Siento que ya he vivido bastante. Te dejo con tus preocupaciones, con tu mierda fertilizante en esta bonita cloaca. Buena suerte".
Esta es la nota de suicidio más sincera y lúcida que he leído jamás y pertenece al actor George Sanders, el que salía en Rebecca, que se quitó la vida hastiado de ella con una sobredosis de barbitúricos en el Gran Hotel Rey Don Jaime de Castelldefels, una localidad costera de la provincia de Barcelona.
Es sucinto y claro en sus razones para acabar con su vida, tiene razón al afirmar que es una bonita cloaca, hace una poética revelación final, y es considerado al desearnos buena suerte. No cayó en la trampa de la mayoría de las notas de suicidio: la gente siempre reparte culpas o pide disculpas.
En una favela de los suburbios de Sao Paulo vive una antigua maestra de escuela que se gana como puede el pan redactando notas de suicidio para los pobres suicidas analfabetos.
El suicidio puede ser un pecado, pero la decisión es digna de elogio. Tiene mérito responder al dilema de Hamlet con la sencillez con la que se marca una casilla:
                   
                                 Ser
                                 No ser X

Al fin y al cabo, vivir es un regalo pero, ¿quién no ha devuelto un regalo? Se hace continuamente.

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