jueves, 29 de marzo de 2012

29-M y las persianas indecisas


Todos conocemos a los "bartlebys": son esos seres en los que habita una profunda negación del mundo. Yo mismo he pasado por mis períodos de pulsión negativa y atracción por la nada.
Hoy es un día atípico: muchos despertadores, cómplices con nuestro sueño, deciden callar eludiendo toda responsabilidad de iniciar la jornada. Su testigo lo recogen, a regañadientes, esas persianas metálicas que precisamente hoy adquieren un protagonismo inusitado, obligadas a bailar arriba y abajo al son de la proximidad de unos cánticos que proclaman indignación y justicia.
Esas persianas cortadas por la mitad son reflejo de muchas cosas: del miedo a fantasmas pasados, del miedo a ser dueños de nosotros mismos.
Hoy no es un día transcendental porque parece ser que todo el pescado ya está vendido, pero el progreso social es lo que nos identifica como ciudadanos. Ahí sí que se debería reaccionar y decir basta. Lo mismo da cómo estén las persianas hoy: ya se sabe, unos las verán subidas y otros bajadas; pero quizás las próximas generaciones, si levantan la cabeza de la consola, nos pidan cuentas por el estado de su bienestar y entonces nos saldrán los colores.
Es fácil dejarse llevar por la desesperanza. Los gobernantes nos quieren deprimidos porque pocas cosas resultan más gratificantes para los depresivos que las noticias malas.
Pero, como dice Cándido, nada es imposible.
En teoría, cuando marzo se vuelve abril, ganamos luz. Ya va siendo hora que esa luz nos guíe para salir de nuestra particular primavera desencantada.

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