Todos somos putas
¿Quién es más puta? ¿La Mónica que vende su cuerpo, pero con una sonrisa cargada de dignidad, o yo que desprecio mi tiempo, que es lo único de que dispongo, a cambio de un trabajo frustrante y un sueldo deprimente con el fin de hipotecarme hasta la cejas?
No hay comentarios:
Publicar un comentario