Por eso al principio quizás estuviera un poco receloso. Tienes que entenderme, nadie pidió mi opinión. No duró mucho pero tenía que ponerte a prueba. Marqué mi terreno para averiguar hasta dónde llegaba tu capacidad de resistencia.
Mis reiteradas negativas a la posibilidad de que jugaras a los coches conmigo parecían no hacerte mella. Insistías de nuevo. ¿No te dabas cuenta de que se trataba de un juego para niños? Yo nunca te pedí jugar a las barriguitas ¿Se llamaban así?
Aprendiste, a la fuerza y en tiempo record, el camino de casa al cole. Lo hiciste sola mientras yo me citaba con los marcianitos a mitad de trayecto. Lo hice por tu bien, para que conocieras mundo.
Han pasado muchos años, muchas cosas han cambiado, otras no (sigues con el síndrome Mafalda en lo referente a tu aversión hacia la sopa) y llegados hasta aquí sólo puedo decir que eres la mejor hermana pequeña del mundo. Estoy muy orgulloso de ti y te mereces que en un futuro te revele por fin al oído ese secreto que llevas años deseando escuchar. Prometo no eructar.
http://www.youtube.com/watch?v=EZjuSDlItMI
No hay comentarios:
Publicar un comentario