Leí en el periódico que se cumplían 40 años de la publicación de Astral Weeks, el esencial y mejor disco de Van Morrison. Escuchándolo en mis noches solitarias he derramado algunas lágrimas y me he sentido reconfortado. Cada cierto tiempo tengo la necesidad de volver a él y cuando pongo el CD y suenan los primeros acordes me pregunto: ¿Cómo he podido pasar tanto tiempo sin escucharlo?. Astral Weeks es un disco refugio, de alcoba, para degustar en la oscuridad de tu habitación y dejar que el León de Belfast te lleve a lugares desconocidos. Es un disco para purgarse y conocerse interiormente. Comienza el ritual, pongo el disco, apago la luz, me estiro en la cama y ahí aparece el irlandés huraño: "Si me aventurara en el torbellino" son las primeras palabras que el músico canta con su voz sobrenatural. Ya está. Lo ha vuelto a hacer. Ya me tiene. Ahora dependo de él. ¿Dónde me llevará esta vez? ¿Qué nuevas sensaciones experimentaré?
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