miércoles, 2 de diciembre de 2009

Canciones: Ne me quitte pas (Jacques Brel)


Parece tan fácil y tan estúpido que es tan complejo y tan incomprensible. Sí, hablo del amor. Escuchando Ne me quitte pas da la sensación de que Brel temía al amor en distancias cortas, lo que le pasa a muchas personas. Cómo poder explicar que, en ocasiones, es el exceso de amor y el defecto de educación emocional el que hace que los amantes salgan huyendo y se escondan para sufrir, por no haber sabido defender algo tan puro. Pero la soledad en el amor duele mucho más que la soledad en el desamor. A Brel le aterrorizaba regresar a sí mismo y suplicó por volver: "No me dejes, no voy a llorar, no voy a hablar, yo me ocultaré para mirarte bailar y sonreír y escucharte cantar y después reír. Déjame volverme la sombra de tu sombra, la sombra de tu mano, la sombra de tu perro, no me dejes". Es una estrofa tremenda, es renunciar al yo. Es no saber ni querer estar consigo mismo. Es querer vivir en el otro, después del abandono. Algo peligroso y suicida. Esta canción huele a odio de amante que sufre por no saber amar. Es imposible escucharla y que no se te encoja el alma.

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